Día 7 de la Novena a San Agustín
Al adentrarnos en el enriquecedor Día 7 de la novena a San Agustín, nos encontramos en un punto de profunda reflexión y conexión con su legado espiritual. Este día nos invita a sumergirnos aún más en las enseñanzas y la sabiduría de este destacado santo, guiándonos hacia un entendimiento más profundo de nuestra propia espiritualidad.
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos, Señor, Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Oración Inicial
Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,
y agobiado por el peso de mis males.
He experimentado que lejos de tu presencia
no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.
Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades’, úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua
y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!
¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí!
(Confesiones X)
Día 7 de la Novena a San Agustín
Lectura
Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.
Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.
Jn 10, 27-29
Reflexión
De manera que seguiré llamando a las que andan errantes y buscando a las perdidas. Lo haré, quieras o no quieras. Y, aunque en mi búsqueda me desgarren las zarzas del bosque, no dejaré de introducirme en todos los escondrijos, no dejaré de indagar en todas las matas; mientras el Señor a quien temo me dé fuerzas, andaré de un lado a otro sin cesar. Llamaré mil veces a la errante, buscaré a la que se halla a punto de perecer.
San Agustín Sermón 46
Padre Nuestro
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.
Ave María
Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre
y al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración Final
Señor, estabas dentro de mí, pero yo de mí mismo estaba fuera.
Y por fuera te buscaba… Estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.
Me mantenían alejado aquellas cosas que, sí en ti no fuesen, no existirían.
Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.
Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.
Llegar a conocerte, Dios mío, de manera que te ame y no te pierda.
Entender quién soy, de tal forma que me desapegue de mis intereses y no me busque en vano en nada.
Sentir un amor profundo hacia ti, Dios mío, riqueza de mi alma, para estar siempre contigo.
Morir a mí mismo y renacer en ti.
Concederme ser tu única vida verdadera y mi salud perfecta para siempre.
Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Día 7 de la Novena a San Agustín
Al concluir este enriquecedor Día 7 de la novena a San Agustín, llevamos con nosotros la riqueza de sus lecciones y enseñanzas. A medida que avanzamos en este viaje devocional, su influencia sigue resonando en nuestras vidas, guiándonos hacia una mayor comprensión de la verdad espiritual y la autenticidad. Que las reflexiones de este día continúen iluminando nuestro camino mientras nos acercamos al clímax de esta travesía espiritual.