Día 9 de la Novena a San Agustín

Bienvenidos al emocionante Día 9 de la novena a San Agustín, el punto culminante de nuestra travesía espiritual. En este último día de devoción, nos sumergimos en una profunda oración que encapsula la esencia de la sabiduría de San Agustín, permitiendo que sus enseñanzas guíen nuestros corazones hacia la plenitud espiritual.

Por la señal de la Santa Cruz,

de nuestros enemigos,

líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.


Oración Inicial

Peregrino y enfermo vuelvo a ti, Dios mío, cansado de peregrinar fuera,

y agobiado por el peso de mis males.

He experimentado que lejos de tu presencia

no hay refugio seguro, ni satisfacción que dure, ni deseo que dé fruto, ni bien alguno que sacie los deseos del alma que creaste.

Aquí estoy, pobre y hambriento. ¡Dios de mi salud! Ábreme las puertas de tu casa: perdóname, recíbeme, sáname de todas mis enfermedades’, úngeme con el óleo de tu gracia, y dame el abrazo de paz que prometiste al pecador arrepentido. ¡Oh Verdad! ¡Oh belleza infinitamente amable! ¡Qué tarde te amé, hermosura siempre antigua

y siempre nueva! ¡Qué tarde te conocí!

¡Qué desdichado fue el tiempo en que no te amé ni conocí!

(Confesiones X)

 

Día 9 de la Novena a San Agustín

Lectura

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos. Mc 16, 15-17

Reflexión

Oigo al Apóstol que dice: Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo. ¿A quiénes insistiré a tiempo, y a quiénes a destiempo? A tiempo, a los que quieren escuchar; a destiempo, a quienes no quieren. Soy tan inoportuno que me atrevo a decir: «Tú quieres extraviarte, quieres perderte, pero yo no quiero.»

San Agustín Sermón 46

 

Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en el cielo,

santificado sea tu Nombre;

venga a nosotros tu Reino;

hágase tu voluntad

en la tierra como en el cielo.

Danos hoy

nuestro pan de cada día;

perdona nuestras ofensas,

como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden;

no nos dejes caer en la tentación,

y líbranos del mal.

Amén.

 

Ave María

Dios te salve, María, llena de gracia, el Señor es contigo.

Bendita Tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén.

 

 

Gloria

Gloria al Padre

y al Hijo

y al Espíritu Santo.

Como era en el principio,

ahora y siempre,

por los siglos de los siglos.

Amén.

 

Oración Final

Señor, estabas dentro de mí, pero yo de mí mismo estaba fuera.

Y por fuera te buscaba… Estabas conmigo, pero yo no estaba contigo.

Me mantenían alejado aquellas cosas que, sí en ti no fuesen, no existirían.

Pero me llamaste, gritaste, derrumbaste mi sordera. Brillaste, resplandeciste, ahuyentaste mi ceguera. Derramaste tu fragancia, la respiré y suspiro por ti. Gusté, tuve hambre y sed.

Me tocaste y ardo en deseos de tu paz.

Llegar a conocerte, Dios mío, de manera que te ame y no te pierda.

Entender quién soy, de tal forma que me desapegue de mis intereses y no me busque en vano en nada.

Sentir un amor profundo hacia ti, Dios mío, riqueza de mi alma, para estar siempre contigo.

Morir a mí mismo y renacer en ti.

Concederme ser tu única vida verdadera y mi salud perfecta para siempre.

Amén.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

Día 9 de la novena de San Agustín

Al llegar al apreciado Día 9 de la novena a San Agustín, culminamos este trayecto espiritual con un profundo sentido de realización. En este último día de devoción, nuestras voces se unen en una oración cargada de significado, una plegaria que encapsula la esencia misma de la sabiduría de este venerado santo. Tras haber transitado estos nueve días de reflexión y conexión espiritual, invito a que absorbas la inigualable energía de este momento y te dejes inspirar por las enseñanzas de San Agustín. Que esta experiencia te motive a abrazar tu autenticidad y a explorar un propósito más profundo en tu vida, inspirado por el legado de este sabio y piadoso guía espiritual.

 

En el umbral del Día 9 de la novena a San Agustín, te animo a considerar el impacto que estas nueve jornadas han tenido en tu camino espiritual. La oración del noveno día, tejiendo las palabras de San Agustín con tus propias aspiraciones, crea un vínculo singular entre tú y la sabiduría eterna que él compartió. Al cerrar este capítulo de devoción, te invito a llevar contigo el poder de su legado en cada paso de tu vida. Permítele a San Agustín ser una inspiración continua en tu búsqueda de la verdad, la paz interior y la autenticidad. Concluyamos juntos el Día 9 de la novena a San Agustín, sintiendo su presencia en nuestras vidas y dejando que su guía nos impulse hacia un futuro lleno de significado y espiritualidad.

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